La pianista es una novela curiosa que te atrae por el pragmatismo que desprende, la moderación austriaca directa y puntiaguda de su estilo, la superioridad con que se desenvuelve la autora en ambos lados de la cordura y lo políticamente correcto. La pianista es un agujero al dolor, la desesperación, la soledad y la falta de ternura del ser humano en su lucha por la supervivencia
social de unos personajes al límite de todo y casi excluidos de si mismos.
La pianista nos enseña que somos simplemente mercancía propuesta por otros y promesas incumplidas, que casi nadie es feliz consigo mismo y que no hay salida ni solución fuera de recolocarlo todo y empezar de nuevo de alguna otra manera más honesta y humana.
La pianista es la incomunicación del ser humano consigo mismo. El odio del ser humano a si mismo. La incongruencia de vivir para olvidar que se vive y autodestruirse por venganza a no sé que miserias.
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